Los pequeños desastres, el dolor de cabeza en las temporadas de lluvias

El 2022 ha sido un año acompañado por la lluvia. La temporada parece extenderse y con ello el riesgo inminente de desastres es latente, por lo que en la gestión de riesgo se toman las medidas necesarias para contrarrestar los daños. Sin embargo, en esta labor se pasa por alto un enemigo silencioso que agudiza las consecuencias de las fuertes lluvias. Se trata de los pequeños desastres, así se le conoce a estas acciones que, aunque no cobran vidas humanas directamente por la velocidad o la profundidad del agua, pueden hacerlo indirectamente, por ejemplo, en accidentes automovilísticos debido a una carretera mal drenada, en edificios destruidos por la caída de árboles sobre ellos, a través de brotes de enfermedades transmitidas por el agua que emergen del agua estancada (zika, chikungunya, dengue ), o por deslizamientos de tierra desencadenados días después de episodios continuos de lluvia.

Para esto, el profesor César Camilo Cañón del Departamento de Ingeniería Civil e Industrial, junto a un equipo interdisciplinario, buscan relacionar los pequeños desastres con los parámetros de lluvia y los atributos de los vecindarios, y priorizar barrios de intervención en Cali. Las contribuciones proporcionadas en la investigación son útiles para priorizar áreas en otras ciudades y seguir mejores prácticas de recopilación de datos.

Priorizar grupos de barrios críticos propensos a pequeños desastres facilita rastrear las causas de estos daños y sugerir intervenciones de mitigación con obras de ingeniería tradicionales y sistemas de drenaje sostenible (SuDS). De esta manera, se espera que una lista sustancialmente reducida de vecindarios ayude a los investigadores y autoridades a enfocar mejor sus esfuerzos en la mitigación general de pequeños desastres.

En esta investigación, los expertos analizaron los parámetros de lluvia, los atributos del vecindario y los informes sobre pequeños desastres en tres pasos: a) parámetros de lluvia relacionados con la ocurrencia y tipos de pequeños desastres; b) atributos del vecindario relacionados con el número de pequeños desastres informados; y c) proceso de selección de barrios de dos pasos basado en análisis espaciales. 

A cada uno de los pasos mencionados anteriormente se le asignaron unos valores para realizar unos análisis estadísticos que entregaron información sobre el impacto de las lluvias. En los parámetros de lluvia relacionados con la ocurrencia y tipos de pequeños desastres se tuvieron en cuenta datos como lluvia total, intensidad máxima, duración, periodos de lluvia, entre otros. En los atributos del vecindario relacionados con el número de pequeños desastres informados se tuvo presente la vulnerabilidad del barrio para este estudio. Finalmente, para el proceso de selección de vecindarios en dos pasos basado en análisis espaciales se trabajó con las zonas afectadas y la categorización de barrios para obras de intervención.

Análisis de resultados

La recopilación de datos arrojó resultados que se correlacionan con tipos particulares de pequeños desastres. La hora pico tuvo una correlación significativa con la caída de árboles; los vientos en chorro del Pacífico tienden a ser más fuertes en la tarde y en la noche en el valle y las montañas del Cauca, golpeando así con más fuerza la vegetación cuando acompañan a las lluvias. El otro parámetro, Begin Year day , tuvo una correlación casi significativa con la congestión del tráfico y los accidentes, siendo influenciado por el hecho de que las estaciones lluviosas coinciden con el tiempo de trabajo, lo que trae más tráfico.

Otro resultado que se encontró fue el impacto a los barrios de estratos bajos. Según la investigación, explica que "hay muchos otros atributos que varían rápidamente en el tiempo y que aún no se han tenido en cuenta debido a su dificultad para encuestar, como la gestión de residuos. prácticas, mantenimiento de redes de tuberías y disposición de los ciudadanos para reportar pequeños desastres".

Cabe mencionar que estos resultados compartidos son de vital ayuda para la Secretaría de Gestión del Riesgo, quienes podrán tomar medidas al respecto para mitigar los daños por las temporadas de lluvia. Justamente, esas acciones se han compartido en el Comité de Conocimiento y Reducción del Riesgo, un encuentro fundamentado en la articulación de diferentes instituciones para la planeación de acciones en materia del conocimiento y reducción del riesgo. Allí ha participado el profesor César Camilo Cañón.
 

1. Las inundaciones menores no suelen sobrepasar los andenes, pero son suficientes para crear caos vehicular, proliferación de mosquitos y envejecimiento acelerado del pavimento.

2. Con la lluvia no solo viene agua: los rayos y ventarrones derriban árboles, que al caer provocan apagones, trancones, accidentes, y daños a propiedades

3. Siete barrios tienen afinidad alta con sus alrededores y deben ser priorizados en sus intervenciones. Tequendama y El Lido son afectados directamente por la lluvia, mientras que a Ciudad Jardín la afecta más el reflujo del canal interceptor sur y la corriente de barrios aguas arriba.